"La gracia sean con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén" Efesios 6:24
Pablo finaliza esta epístola, y sus últimas palabras ponen el broche de oro a toda ella.Observe bien, lea detenidamente lo que Pablo, inspirado por el Espíritu Santo nos dice: “La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.”En un mundo, donde todo cambia constantemente, donde todo se corrompe, Pablo dice: “... con amor inalterable.”Esto nos debería hacer meditar¿como es nuestro amor para con nuestro Señor y Salvador?
¿Es acaso un amor cambiante?.El texto dice: “... con amor inalterable” Examinémonos, veamos en nuestro interior, ¿en qué momentos demostramos amor por el Señor?¿no será en aquellos en los que todo va bien?.Decimos o pensamos:me va bien en los estudios, me va bien sentimentalmente, tengo un buen trabajo, tengo salud y cuantas cosas mas podríamos citar aquí.Es en esos momentos donde decimos: ¡Gracias Señor, eres muy bueno! ¡Te amo! ¡No hay nadie como tú!.Tenemos el deseo de servirle, de cantarle, de testificar de Él donde quiera que vamos; decimos juntamente con Pedro: “Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte” (Lc 22:33)..Pero, (y que lamentable que halla un pero) ¿qué pasa cuando nos enfermamos? ¿cuándo nos va mal en los estudios? ¿cuándo perdemos el trabajo? ¿cuándo perdemos un ser querido?.Nuestras palabras y acciones de amor, muchas veces se transforman en palabras y acciones de molestia,de reclamo, de disgusto, de amargura.Empezamos a interrogar al Señor: ¡¿porqué?!¡¿porqué a mí?!, y nuestro amor por Él, da un giro debido a las circunstancias.Que triste ¿no?.Pero también deberíamos preguntarnos:
¿Es un amor sincero? Actualmente, se está predicando en muchas partes del mundo, que Dios desea que todos seamos ricos, que todos tengamos salud, que al cristiano no le puede ir mal y muchas cosas más.Reflexione, ¿porqué va a la iglesia? ¿es por Él o por alguien? ¿es por Él o por algo?.A veces hacemos esto o aquello, aparentemente por amor al Señor, pero en realidad, lo hacemos por el interés de conseguir algo.Muchas veces ofrendamos o diezmamos, no por amor a Él y su obra, sino porque queremos que se nos devuelva más dinero; cantamos, enseñamos, etc., no por amor a Él, sino para ser admirados por los demás.Ojalá nuestro amor por el Señor, no sea de esta manera.Por último, preguntémonos:
¿Es acaso un amor inalterable?Si alguien sabía de pasar por dificultades, era Pablo, sólo basta leer 2 Corintios 11:23-27, y podremos entender que quien decía: “... con amor inalterable”, no era alguien que estuviera en un palacio, con todas las comodidades imaginables; no, no era así, y con todo, Pablo amaba a su Señor con amor inalterable y sincero.Oremos a Dios para que nada ni nadie, pueda hacer cambiar nuestro amor por Él; que en medio de pruebas, podamos seguir amándole como cuando no las hay.Cuando verdaderamente amamos a Jesús, es cuando dedicamos tiempo para conocerle, cuando confiamos en Él, sin importar las circunstancias.El Señor Jesucristo dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. (Jn 14:15, 21)
ESCRITURA: Efesios 5:21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios.”
1 Co 11:3 nos dice que “Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”
En ocasiones confundimos lo que significa ser la “cabeza” de la familia. Todo lo que carece de cabeza está muerto y todo lo que posee dos cabezas es anormal. El hecho que el hombre sea la cabeza no significa que la mujer es inferior. Ambos, el hombre y la mujer, fueron creados a la imagen de Dios y son herederos de la gracia de vida. Ambos son iguales ante Dios. Sin embargo, aunque el hombre y la mujer sean iguales, Dios les ha dado diferentes funciones. En la familia, a los hombres se les ha dado el papel del líder.
PUNTO DE ACCIÓN:
¿Cómo funcionaría nuestro mundo si nadie estuviera a cargo? ¿Cómo funcionaría su cuerpo sin la cabeza? Por favor, ore por el líder de su hogar, los líderes de su comunidad, su iglesia, su ciudad y su nación.
“He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar.” Apocalipsis 3: 8.
Los santos que permanecen fieles a la verdad de Dios tienen una puerta abierta delante de ellos. Alma mía, tú has resuelto vivir y morir conforme a lo que el Señor ha revelado en Su Palabra, y por tanto delante de ti está esta puerta abierta.
Voy a entrar a través de la puerta abierta de comunión con Dios. ¿Quién me denegará la entrada? Jesús ha quitado mi pecado, y me ha dado Su justicia, y por eso puedo entrar libremente. Señor, eso hago por gracia.
Tengo también delante de mí una puerta abierta a los misterios de la Palabra. Puedo adentrarme en las cosas profundas de Dios. Elección, Unión con Cristo, la Segunda Venida: todas estas cosas están delante de mí, y puedo disfrutarlas.
Una puerta abierta de acceso está delante de mí en privado, y una puerta abierta de utilidad en público. Dios me oirá; Dios me usará. Una puerta es abierta para mi marcha progresiva hacia la iglesia de arriba, y para mi comunión diaria con los santos de aquí abajo. Algunos procurarán encerrarme o dejarme fuera, pero todo eso será en vano.
Pronto veré una puerta abierta al cielo: la puerta de perlas será mi vía de entrada, y entonces entraré donde está mi Señor y Rey, y estaré eternamente unido con Dios.