domingo, 27 de septiembre de 2009

El “ve” de la renuncia_Oswald Chambers

…Señor, te seguiré adondequiera que vayas (Lc 9:57)


La actitud de nuestro Señor hacia aquel que le había hablado fue la de desanimarlo con severidad, porque Él sabía lo que había en el hombre. Nosotros diríamos: “¡Imagínate perder la oportunidad de ganar a ese hombre!” “¡Que barbaridad anularlo de esa forma y hacerlo volver desanimado!” Nunca te disculpes por el Señor. Sus palabras hieren y ofenden hasta que no queda nada que herir u ofender. Jesucristo no tuvo ninguna lástima con respecto a aquello que finalmente arruinaría a una persona en su servicio para Dios. Sus respuestas no se basaban en un capricho ni en un pensamiento impulsivo, sino en el conocimiento de lo que hay en el hombre. Si el Espíritu de Dios trae a tu mente una palabra del Señor que te hiere, con seguridad hay algo en ti que Él quiere herir de muerte.


“Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Lc 9:58) Estas palabras destruyen el argumento de servir a Jesucristo porque es agradable. El rigor del rechazo no deja nada en pie, sólo a mi Señor, mi vida y el sentido de una esperanza desesperada. Él dice que debo dejar que los demás vayan y vengan, pero que yo me debo guiar únicamente por mi relación con Él.

Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. (Lc 9:59) Este hombre no quería defraudar a Jesús ni herir a su padre. Cuando orientamos nuestro sentido de lealtad hacia nuestros parientes, en lugar de hacerlo primero hacia Jesucristo, Él queda en el último lugar. Ante un conflicto de lealtades, siempre obedece a Jesucristo cueste lo que cueste.


Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.(Lc 9:61) Quien dice: Te seguiré, Señor, pero…, es el que está impetuosamente listo, pero nunca va. Aquel hombre tenía sus reservas acerca de ir. El exigente llamamiento de Jesucristo no da lugar a despedidas, las cuales son paganas, por la forma en que muchas veces las utilizamos. Una vez que Dios te llame, empieza a avanzar sin detenerte nunca.


Oswald Chambers

En pos de lo Supremo

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