Cuando el pecado ha sido cometido por grandes hombres
Capítulo III
En este capítulo trataremos con otras tácticas utilizadas por el diablo para hacer que los creyentes caigan en el pecado. Primero, Satanás les habla que los mejores creyentes de la Biblia pecaron y por lo tanto los creyentes pueden pecar también. En segundo lugar, Satanás les dirá que no se preocupen por sus pecados, que Dios es misericordioso para perdonarles. Ahora veremos la forma de enfrentar estas artimañas.
Primero, a veces Satanás les dice a los creyentes que, como todos aquellos de los que leemos en la Biblia pecaron, entonces el pecado no es tan grave. David fue un hombre que amó a Dios, y sin embargo cometió el adulterio. Satanás se apoya en este asunto para decirnos que el adulterio no es tan malo. Noé fue un hombre que halló gracia ante los ojos de Dios (Gn. 6:8), sin embargo en Gn 9:21 leemos que este hombre se emborrachó. Satanás dirá entonces a los creyentes que tampoco la borrachera es un pecado tan grave delante de Dios. El evangelio de Mateo capítulo 6:17 nos habla de que Pedro fue bendecido por el Señor; pero en Mateo 26:74 el mismo apóstol maldijo y negó a nuestro Señor Jesucristo. Con esta base, Satanás dice a los creyentes que tales pecados no son tan graves en ninguna manera.
¿Tiene razón Satanás? David, Noé, Pedro y otros hijos de Dios pecaron gravemente contra Dios. ¿Significa esto que los creyentes no deben preocuparse por sus pecados?
En primer lugar, Satanás solo está mencionando una parte de la historia. David pecó, pero también David se arrepintió. El Salmo 51 nos habla de cómo se sintió David y que hizo después de haber caído en el pecado. “Lávame más y más de mi maldad, límpiame de mi pecado” (Sal 51:2) Estas no son las palabras de alguien que no se preocupaba por el pecado, sino de alguien que estaba arrepentido, que aborreció su pecado y pidió el perdón de Dios. De la misma manera, después que Pedro maldijo y negó al Señor, salió y lloró amargamente (Mt 26:75) ¿Por qué lloraba Pedro? Lloraba porque estaba consciente de su pecado y estaba arrepentido de lo que había hecho. Cuando uno piensa que puede pecar porque los creyentes bíblicos lo hicieron, uno debe preguntarse si puede arrepentirse como ellos lo hicieron. La verdad es que muchos pueden pecar en la forma que estos hombres lo hicieron, pero muy pocos pueden arrepentirse como ellos lo hicieron. Es decir, aunque los creyentes bíblicos cayeron en el pecado ocasionalmente, en realidad lo aborrecían. Del mismo modo, los creyentes deben aborrecer el pecado y desear alejarse de él.
En segundo lugar, nótese que estos creyentes no permanecieron en el pecado. Pecaron en ocasiones pero no vivían en el pecado. Y aún cuando pecaron, no lo hicieron de todo corazón. Satanás desea que los creyentes pequen tan seguido a fin de que se acostumbren al pecado, quiere que se sientan a gusta pecando. Esto es muy diferente a la forma en que cayeron David y Pedro. Es necesario recordar que David y los demás creyentes mencionados sufrieron mucho a consecuencia de sus pecados. En el Salmo 51, David dice que la fue tan doloroso como la fractura de un hueso (Sal 51:8) Y Dios le sentenció como consecuencia de su falta diciéndole que siempre habría violencia en su familia y así ocurrió.
Los pecados de David y Pedro están registrados en la Biblia como una advertencia a los creyentes y también para su ayuda. Por un lado Dios no quiere que los creyentes se desesperen cuando pecan, y por esta razón nos muestra que aún los creyentes más fuertes pecaron. Y por otro lado, Dios advierte a los creyentes a no descuidarse en su lucha contra el pecado. Debemos aprender de las caídas de otros, es decir, sus caídas pueden ayudarnos a nosotros a no caer. No hay ninguna seguridad en nuestros años como creyentes ni tampoco en nuestra fidelidad del pasado. Hay gracia y perdón para los que han caído pero también hay disciplina.
Además de esta táctica, Satanás trata de lograr que los creyentes no se preocupen por el pecado, diciéndoles que Dios es misericordioso y que siempre les perdonará. El diablo les habla de que Dios es un Dios de pura misericordia y que está dispuesto a tenerles misericordia y que siempre estará más propenso a perdonar que a castigar a su pueblo. Veamos a continuación cinco remedios preciosos en contra de esta táctica.
Primero, siempre es una señal de que Dios está en contra nuestra cuando no nos preocupamos por el pecado. Cuando vemos que alguien no está preocupándose por sus pecados, podemos estar seguros de que Dios está juzgando a esta persona. Es una cosa terrible cuando Dios entrega a uno a sus propios pecados. En una ocasión Dios dijo con respecto a los israelitas: “Los dejaré por tanto a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos” (Sal 81:12) En otro momento “Efraín es dado a los ídolos; déjalo” (Os. 4:17) Esto fue el juicio de Dios contra ellos. Cuando Dios abandona a un pueblo, entonces ya no se preocupan por sus pecados.
Segundo, Dios es tanto misericordioso como justo; Su misericordia no anula Su justicia. Satanás oculta esta verdad cuando dice que Dios siempre será solamente misericordioso. Cuando Adán pecó, Dios en su justicia le echó fuera del paraíso. Cuando el mundo antediluviano se corrompió, Dios en su justicia mandó el diluvió. A menos que los pecadores se arrepientan, Dios no les puede perdonar.
Tercero, los pecados contra la misericordia de Dios acarrean juicio. Cuando los hombres abusan de la misericordia de Dios entonces viene su juicio. Este es el orden en que Dios actúa: ofrece primero su misericordia, pero si los hombres no le hacen caso, entonces son juzgados. Dios mostró gran misericordia y ternura hacia los israelitas, sin embargo ellos se alejaron de Dios y le olvidaron. Jesús les advirtió que no quedaría piedra sobre piedra de su templo y así sucedió (Mr 13:2) Jerusalén y el templo fueron destruidos. Los judíos fueron muertos y llevados cautivos. Los que abusaron de la misericordia de Dios y le dieron la espalda a sus advertencias, fueron objetos de su justicia. Entre más que uno es bendecido, más severo será su juicio si se olvida de Dios. Carpenaum que fue levantada hacia el cielo posteriormente, fue puesta hasta la parte más baja del infierno (Mt 11:23)
Cuarto, los creyentes no deben pensar que debido a que disfrutan de algunas bendiciones de Dios, todo está bien. Todos de alguna manera u otra reciben constantemente beneficios de la bondad de Dios. Pero la misericordia especial de Dios es solamente para aquellos que le aman y le obedecen “Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad para los que guardan su pacto y sus testimonios” (Sal 25:10) “He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia” (Sal 33:18) “Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen” ¿Teme usted a Dios? Si es así, entonces no deseará pecar contra su misericordia. (Sal 103:11)
Quinto, la misericordia de Dios es un motivo muy fuerte para no pecar. La bondad de Dios nunca debe convertirse en un pretexto para pecar. La Biblia dice que debido a la misericordia de Dios, los creyentes deben entregarse completamente a Él, su cuerpo, su mente y todo lo que son, a fin de que sean usados en su servicio (Ro 12:1) La misericordia de Dios debe conducir a los creyentes a amarle y no a pecar contra Él. Los que toman la misericordia de Dios como un pretexto para pecar, están siguiendo una lógica satánica. Cuando esta lógica de pensamiento predomina en una persona, hay motivos para suponer que tal persona está en perdición. Cuando una persona dice que la misericordia de Dios significa que el pecado no importa, tal persona demuestra que no está valorando correctamente este atributo divino. Una compresión correcta de la misericordia divina, trae como resultado una atracción hacia Dios y un aborrecimiento del pecado.
Thomas Brooks
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